Son las 12 del día y desde la catedral comienzan a sonar las campanadas, siguiendo la tradición los feligreses se apuran a entrar en aquella enorme puerta, para tomar un lugar en esas banquitas tan pintorescas que se encuentran en el recinto; la misa esta por comenzar.
Al terminar de dar gracias a Dios, todos se dirigen hacia lo que desde hace ya unos 10 años conocemos como Mérida en domingo, en el parquecito del centro de la ciudad rodeado por el Palacio de Gobierno, el Ayuntamiento, La Casa de Montejo y por supuesto nuestra hermosa Catedral; ya es tradición pasar a comer unos panuchitos o tal vez unos salbutes, después caminar un rato y mirar las hermosas cosas que nos ofrecen nuestros artesanos. Así se vive el domingo en el centro de mi Mérida.
Tuterem
Conmovedor el uso de tu labia para poder describir algo tan común y volverle interesantte. ¬¬ atte Esparza
ResponderEliminar